Un adulto respira una media de 10.800 litros de aire al día y pasa el 90% de su tiempo en interiores. A todo esto hay que sumarle que los gérmenes que emitimos en un estornudo pueden llegar a desplazarse hasta 50 metros. Por eso, hay controlar el ambiente en espacios cerrados.
En este contexto, no podemos negar que la calidad del aire nos afecta, y mucho. La OMS calcula que esta será la causa de que el 50% de los ciudadanos desarrollen algún tipo de alergia de aquí al 2025.
Según un estudio sobre la calidad del aire realizado por PHS Serkonten, el ambiente en los espacios cerrados está cinco veces más contaminado que el exterior, sobre todo en primavera. Esto puede provocar un descenso de la productividad y generar espacios de contagio de ciertas patologías.
Pero, ¿qué es lo que produce esta concentración de gérmenes y polución en ambientes cerrados? En el aire hay compuestos orgánicos volátiles que pueden provenir del suelo de alfombras o de la madera, por ejemplo. En oficinas y locales, el material electrónico, como ordenadores o impresoras, contiene una gran acumulación de bacterias y gérmenes.
Además, todo lo que proviene de la calle y que entra por puertas y ventanas, o que se adhiere en la suela de nuestros zapatos, incluye polvo, polen y otras moléculas contaminantes.
Consecuencias de no controlar el ambiente en espacios cerrados
Permanecer en espacios contaminados puede producir síntomas físicos, como irritación en los ojos y problemas respiratorios, y también puede afectar a la concentración y la memoria. En lugares de trabajo, todo esto puede culminar en un aumento del absentismo y descenso de la productividad.
De hecho, según el mismo estudio de PHS Serkonten, en las aulas escolares hay de media 500 veces más hongos y hasta 2000 veces más de bacterias, algo que reduce la concentración y el rendimiento de los alumnos.
La presencia de partículas sólidas y líquidas de 2,5 micras compuestas por elementos tóxicos (tales como metales pesados y compuestos orgánicos) actualmente es superior a las que se encuentran en ambientes exteriores, algo que puede tener consecuencias graves en la salud pues, debido a su pequeño tamaño, estas partículas son respirables y pueden penetrar en el sistema respiratorio.
Soluciones para reducir la contaminación del ambiente en espacios cerrados
Existen sistemas de purificación del aire que reducen la presencia de partículas contaminantes. No obstante, la solución pasa por tomar conciencia de que no solamente es necesario mantener limpio y desinfectado el ambiente, realizando una limpieza profunda de los suelos y el mobiliario, sino que es importante realizar una limpieza y desinfección al mismo nivel en todo el entorno laboral, no solo poniendo especial foco en estancias como el cuarto de baño o la cocina.
Gracias a la investigación y desarrollo tecnológico, actualmente existen aparatos que eliminan casi el 100% de los gérmenes, alérgenos y partículas limpiando el aire de contaminantes y malos olores y mejorando así la sensación de confort, salud y bienestar.
Asimismo, es importante seguir algunas pautas para evitar la concentración de partículas tóxicas y gérmenes en espacios interiores. Realizar una limpieza adecuada, evitar fumar y ventilar el espacio un mínimo de dos veces al día son las más básicas, pero también resulta de gran ayuda evitar los humidificadores y usar pocas sustancias químicas o utilizar aquellas que no contengan formaldehídos.
En la empresa de limpieza Serlim contamos con la tecnología de higiene ambiental más adecuada, con el objetivo de filtrar partículas contaminantes y regenerar el aire que respiramos en nuestro lugar de trabajo. Un ambiente agradable es fundamental para crear un entorno de trabajo productivo, así como para ofrecer a nuestros clientes una imagen de profesionalidad y excelencia.
Déjate asesorar por nuestros expertos sobre cómo mantener tu empresa al margen de ambientes contaminantes y libre de gérmenes y así controlar el ambiente en espacios cerrados.